Lugar de trabajo

Las condiciones de los centros de trabajo están recogidas en el Real Decreto 486/1997

Esta norma aporta disposiciones mínimas de seguridad y salud en los centros de trabajo, y especifica concretamente lo referente a:
Escaleras: deben disponer de barandillas y pasamanos, los peldaños de las mismas deben tener todos las mismas dimensiones, contar con tiras antideslizantes…

Equipos de extinción de incendios: sus revisiones periódicamente (recogidas en el Real Decreto 1942/1993).

Obstáculos: se insiste sobre el riesgo de obstaculizar los accesos a los medios de protección contra incendios con elementos decorativos.

Señalización de seguridad (Real Decreto 485/1997). Además de disponer la regulación mínima en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo, especifica la señalización de los cuadros eléctricos, los equipos de protección contra incendios y los recorridos de evacuación y el botiquín.

Vías de evacuación: se mantendrán señalizadas y libres siempre y en todo momento.

Condiciones ambientales: ventilación regular, temperatura, grado de humedad.

Dispositivos de lavabo con agua corriente, sistema de secado por papel y jabón desinfectante.

Mobiliario de adultos para los trabajadores: para el almuerzo.

Estancias para adultos: aseos adecuados, que incluirán productos para la limpieza y antisépticos para la piel.

Vestuarios para los trabajadores: que cuenten con asientos y con taquillas donde guardar la ropa de calle y los objetos de valor.

Botiquín de primeros auxilios, adecuado al número de trabajadores y los riesgos presentes en el centro.

Equipos de Protección Individual

La ley es clara en este punto y explica que la evaluación de riesgos es la que debe determinar cuáles son los equipos de protección individual necesarios para la realización de cada una de las tareas.

En términos generales para una escuela infantil se pueden recomendar:

Guantes desechables: su uso se establecerá como obligatorio cuando se tome contacto con residuos biológicos (heces, vómitos, etc.). Se recomienda la utilización de guantes desechables de vinilo o nitrilo, para evitar posibles alergias cutáneas.

Ropa de trabajo (batas, blusones, delantales, babys,...), distinta de la ropa de calle, para proteger a los educadores del riesgo biológico.

Mascarillas desechables de un solo uso, para evitar contagios en caso de brotes infecto.

Crema de protección solar, cuando se trabaje con los niños al aire libre.

Cómo Prevenir

Para prevenir la aparición de trastornos musculoesqueléticos se fomentará entre los trabajadores hábitos posturales adecuados para llevar a cabo sus tareas, entre los que podemos citar los siguientes:

Realizar las correspondientes manipulaciones del niño, con éste lo más cerca posible al cuerpo, en el cambiador y utilizando los medios de acceso (escaleras) que la empresa ponga a su disposición para tal fin.

Evitar giros innecesarios, inclinaciones o estiramientos excesivos, mientras se maneja una carga.

Realizar las pausas establecidas a lo largo de la jornada.

Evitar posturas estáticas prolongadas alternando posición de pie y sentado.

Evitar dar de comer a los bebés en brazos.

Elegir en cada momento la altura de trabajo (asiento, suelo…) que más se adecue a la actividad que se esté realizando, teniendo en cuenta la interacción que deba tener en ese momento el educador con los niños.

Al retirar el mobiliario del aula, seguir las instrucciones que se hayan recibido en cuanto al manejo de cargas y las técnicas correctas para las mismas.

Evitar la adopción de posturas incorrectas al coger a los niños de las cunas o los parques (sin doblar rodillas y con la espalda totalmente inclinada).

Cuando el trabajador sea además responsable de retirar la basura, organizarlo para que el peso a manipular no sea elevado. Para prevenir trastornos asociados al uso de la voz, se informará y fomentará entre los trabajadores la realización de medidas de higiene vocal tales como: – No tomar bebidas excesivamente frías ni calientes. No fumar.

Hidratarse adecuadamente: beber agua con frecuencia y sobre todo durante la exposición de la voz.

Mantener un ritmo regular de sueño.

Atender a los “signos y síntomas de alarma”, como cansancio de la voz, sensación de quemazón, carraspeo, etc. y acudir al especialista para valoración.

No forzar la voz por encima del nivel de ruido ambiental.

No forzar la voz cuando se padecen procesos patológicos en la faringe.

Evitar el uso de la voz en estados de agotamiento físico y/o mental.

Evitar los abusos extralaborales de la voz.

Guardar reposo vocal ante una laringitis, comenzando a hablar en cuanto se pueda.

Aprender una técnica vocal adecuada.

Aprender a manejar las pausas adecuadamente cuando se habla.

¡Importante!

  • Para protegerse contra agentes patógenos presentes en la sangre, tales como la hepatitis o el virus VIH, se deben practicar precauciones universales en las tareas de cambio de pañales, ayuda a los niños a ir al baño, limpiarles la nariz, hacer exámenes físicos o administrar primeros auxilios, utilizando guantes desechables.